Queridos reyes magos

Queridos Reyes Magos:
Un año más, vuelvo a escribiros para no perder del todo lo poquito que le veo ya de mágicas a estas fechas tan oscuras pese a que las calles estén llenas de luz.

Este año, la verdad, creo que he sido tan buena como mala… dependía siempre de la situación que tuviese yo enfrente. Y, además, he sido una víctima directa de la casualidad en todas sus facetas; vamos que el 2011 ha sido un tanto irónico tanto en el bueno como en el mal sentido. No obstante, como encajo con estilo cada circunstancia aprovecho para pediros alguna que otra cosilla que podéis dejar a mi nombre en el salón.

La primera es, quizá, la más importante y la única que de verdad necesito. Os pediría que no alejaseis jamás de mí a esa pequeña tortuga de ojos de chocolate; le llevo siempre conmigo aunque ya no esté pero desearía no olvidar jamás esas mejillas pecosas o el sonido de su voz. Haced que sea siempre la estrella que más brille en mi cielo y, de paso, regaladles a su padre y a sus hermanos la fuerza que necesitan para recordarle siempre con una sonrisa.

También os quería pedir mucha fuerza y un futuro eterno para cada uno de los animalillos del poblado de las Aves Sabias del que una vez fui maestra. Así como insistir en el par de regalos que ya os pedí el año pasado: para él una sonrisa que sé que no veré; y para él valor y un largo camino aun por recorrer.

También quería pediros un nuevo camino lejos de Madrid. Un sí para Finlandia aunque me conformaría con Noruega o Suecia; también con Inglaterra en verano y EEUU el año que viene. Pero para ello necesito antes una pizca de chispa en los exámenes de febrero y junio; no sólo para mí, también para mi compañera de biblioteca… una goleada del Real Madrid cuando el de Estructuras se ponga a corregir no nos vendría nada mal, por no mencionar la inspiración necesaria para Métodos visto lo visto. Con el resto podemos, somos unas chicas brillantes.

Para mi familia, como siempre, que mantengáis los problemas lejos de sus vidas y la realidad de un MBA para mi hermana si no es mucho pedir. Y para quién me rodea de nuevo infinidad de grandes momentos, pocos de ellos bañados por lágrimas.
Por lo demás yo estoy bien, tengo más suerte de la que imagino… de inspiración tengo oleadas a la espalda, nunca mejor dicho… fuerza más que suficiente para hacer frente a cada dificultad, incluso las que olvido… y de polvo de hadas los bolsillos llenos. Os pido, tan sólo, que me echéis una mano para cumplir una promesa de cara a la Semana Santa.
El novio, lo mismo que el año pasado, sigo sin espacio en el armario…

Y poco más… este año no seré gamberra que aun sigo esperando a mi marido desde hace dos años así que no os lo pediré. Os pido sólo la miniatura de la Ducati que sé que me esperará junto al calcetín el día 6 por la mañana y que la de verdad ande un poquito más este año que el pasado la adelantaba hasta su sombra.
No obstante si os apetece sorprenderme estaré encantada de encontrarme con un #4 en el salón. Me conformo con un #8 incluso pero solo si es de la división de baloncesto.

Como todos los años mi prima, mi hermano y yo iremos a veros pasar en la cabalgata de este año. Y para esta noche os dejaremos preparadas tres tacitas de chocolate con su correspondiente trozo de roscón y una copita de cava… el Möet no os lo podemos dejar porque entre Nochebuena, Navidad y Nochevieja se han agotado nuestras existencias. Lo que tampoco os puedo dejar son caramelos de la cabalgata porque suelo dárselos a los enanos que tengo alrededor pero os dejaré turrón del que aun no he probado este año.

Sin más esto es todo, espero que no se os haga larga la noche y abrigaros bien que hace frío. Os diré que las UGG vienen bien para noches como esta.
Gracias por adelantado por los regalillos que os pido este año y gracias especialmente por hacer que se mantenga viva la ilusión de la navidad en los ojillos de cada niño que vea mañana sus regalos al despertar. No dejéis que dejen de creer en la magia.

¡¡Sed buenos!! Os quiere,

Andrea.

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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura