domingo, 10 de octubre de 2010

Del 11º al 1º... ¡¡BESTIAL!!


Me resulta sencillo volver a esa mañana de octubre sentada en el sofá del salón. En mi mente reaparece ese primer error: la polvareda tostada que levantó la Yamaha amarilla al rodar por el suelo... y tú corriendo tras ella.
Apenas décimas de segundo que quebraron la ilusión, aun hoy me pregunto qué pasaría por tu cabeza en el momento de levantar la moto y tratar de encenderla para ver como el sueño del octavo se veía finalmente truncado.
A cada paso de tus pies una lágrima nueva escapaba de mis avergonzados ojos, apenas tenía dieciséis años y la rabia al ver caer esa imagen de eterno triunfo sólo supo escapar de manera muda, entre el llanto.

Aprendí entonces que la grandeza no se mide por lo extenso del palmarés, sino por la fuerza con la que un grande se levanta y vuelve a escalar hasta la cima.

Hoy no he llorado al presenciar como te destronaba quién tan sólo supo aprovechar tener la suerte de cara; pues, como esa bandera hecha trizas enredada en la cadena, tan sólo es un sencillo error en un guión casi perfecto. Un campeón discutible que pretende medirse con quién nada debe ya demostrar.

Hoy sencillamente te aplaudo y me emociono al concentrar en pocas líneas la inmensidad.
Y desde aquí te doy las gracias por una de las salidas más nefastas de toda tu carrera; por saber remontar desde la undécima hasta la primera posición como si te resultase sencillo; por luchar, por sufrir, por no rendirte hasta caer rendido en el corralito, por abrazarte de nuevo a lo más alto del cajón; por hacer que merezca la pena levantarse a las siete. Pero sobre todo, te agradezco desde aquí tu amor incondicional por quien, cada domingo, te lleva a acariciar las estrellas.

Gracias por seguir... Australia, Portugal y Valencia...
Gracias por levantar una nueva ilusión, 2011 teñido de rojo...
Gracias por hacerme llorar con lo sencillo de tu sonrisa de duende.

¡¡Eres eterno, Valentino!!

Rossi Stoner Laguna Seca 2008


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