Desde que la Navidad se convirtió en una fría tela de parches remendados y perdió todo halo de dorada calidez dejó de ser algo que considerar hermoso.
Perdida la ilusión de las luces de colores estas fiestas sólo hacen brillar la más dura de las ausencias.
Pero en el momento menos esperado, cuando el mundo se sume en un malestar general de recuerdos fundidos en negro, aparece el brillo de una suma perfecta y la unión de retales se vuelve un cálido escudo.
Ante la duda: cara de pez, vence cualquier batalla psicológica.
Spencer Hastings-Titanium
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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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