Siempre creí que querer a alguien implicaba seguir los dictados del estómago. Hacer una locura, sin sentido aparente; seguir un impulso y luchar por demostrarle al mundo que aquello era lo correcto incluso aunque no lo fuera.
Creí que querer te daba el valor para no conformarte con menos que un todo, que la nada quedaba por completo fuera de cualquier quiniela. Que te volvía capaz de ser merecedor del infinito.
Crei que querer era tener la seguridad de poder pasar por encima cualquier obstáculo. Caer y saber levantarse, levantar la moto y seguir corriendo pues el objetivo sigue siendo la meta y los hay capaces de ganar carreras incluso después de una caída. Como también los hay capaces de llegar primeros saliendo los últimos, todo depende de como encaucen su coraje.
Creí tantas cosas... y aun las creo... seguiría arriesgándome a coger una neumonía por pasarme toda la noche diciéndote por qué te quiero. Pero en un juego de dos no vale con que tan sólo uno tire el dado mientras el otro aparta el tablero.
Supongo que al final no ha sido nada más que un sueño.
Brooke & Lucas-Just a dream
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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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