miércoles, 27 de junio de 2012

Gracias, Sergio Ramos.


Un día, cuando apenas sabes de dónde sacar fuerzas para seguir luchando, para seguir enfrentándote a una realidad que no sólo no tiene sentido sino que además es cruel le regalas ese último brillo de esperanza a una casualidad; deseando con esas fuerzas que apenas tienen voz que sea ella la que arregle tus alas y te impulse a volar de nuevo.
Pero no ocurre, la probabilidad juega en tu contra y con una mueca aceptas ese pitido final mientras una jarra blanca de cerámica, completamente ajena a tus pensamientos, se posa sobre la superficie de marmol de una mesa conocida.

Pasa el tiempo, lo que en su día fue una curiosidad se convierte en un reto, en un asunto personal. Y, aunque carezca de sentido sigues confiando en que en algún momento ocurra y te llene de una bocanada de absurda paz, que pueda justificar las decisiones que apenas tienen el suficiente sentido como para ser pronunciadas en voz alta sino que se quedan en tu mente.
Pero no sólo no ocurre sino que ocurre a la inversa y con él, que se va cabizbajo a los vestuarios antes de tiempo, se van también tus esperanzas.

Se pierde más allá del cielo el sentido de seguir, acompañando a un balón que sobrepasa la escuadra y provoca el ingenio de tantos. Y entonces tan sólo te ríes, producto quizá de la cerveza... o quizá de que las lágrimas con las que contabas se han agotado definitivamente. Ya no hay batalla alguna en la que luchar, tan sólo te queda una realidad de la que poco a poco vas siendo consciente... una realidad que, como una rosa, eclipsaba con su supuesta belleza los arañazos de sus espinas. Arañazos que sólo cuando la piel se enfría llenan todo con silencioso dolor.

Y es entonces cuando, de pronto, esa casualidad ocurre... y te das cuenta de que ese y no otro era el momento en el que tenía que ocurrir. Porque justo en el instante en el que ocurre deja de ser determinante, sólo acompaña, pues tienes por ti misma la fuerza de un gigante. Fe que queda pintada en un beso, perdida entre los dedos de dos manos entrelazadas.


Sergio Ramos: "Respecto al penalti…Por ti, por mí, por nosotros..!!"


Brooke & Julian-She is love










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


lunes, 25 de junio de 2012

Peter Pan




Aquella estrella de allá hoy brillará por ti

Acaba el lunes y me encuentro rodeada de fotografías que atesoran momentos concretos llenos de sensaciones y sentimientos que he provocado pero que desconozco. El mismo rostro me devuelve la mirada en cada una de ellas y en todas, o casi, está sonriendo. Objetivo conseguido.
Ya sabes volar, te tiendo mi mano, vuela conmigo. Hasta la segunda estrella a la derecha y recto hasta el amanecer en un viaje que no tiene final.

Peter Pan & Wendy-I'm in trouble










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


miércoles, 20 de junio de 2012

12M *


Blanco, el color de cada mañana de viaje en autobús por esa larga calle aun por despertar. Con las notas de una canción tintineando en mis oídos, una suave voz femenina que promete una canción y palabras. Las copas de los árboles de aquel viejo Parque del Retiro apenas tenían ganas de agitarse, su despertar aun quedaba lejano. Y el sol apenas se dejaba entrever entre las nubes, pintando de pálido el cielo en ese instante en silencio entre la noche y un nuevo día. Blanco como las paredes de aquel viejo edificio que aparece difuminado más allá del cristal.

Naranja, una nueva mañana de trabajo, bostezos que se enfrentan cara a cara con sonrisas de formación profesional y un aula que se llena más si el día es de suerte. El color de ese largo pasillo, de los dibujos llenos de vida en sus paredes, de grandes números pegados en puertas de cristal. Cristal que separa ese instante donde una sonrisa que no se puede esconder se entremezcla con una respiración contenida, de un nuevo "Buenos días" que hace que se levante una mirada de un cubo poblado de colores.

Rojo de unas mejillas que pintan sus pecas de nuevo cada mañana; de una sonrisa que se escapa traviesa entre el orgullo de hacer las cosas bien; de un bolígrafo que pinta grandes tics y alguna que otra cruz un tanto más pequeña, perfección imperfecta. El fondo sobre el que se planta una huella, distintivo de una bata que pretende romper con la monotonía del blanco. Junto al amarillo el color de una bandera que rodea tu muñeca y también la mía, el color que se forma siempre primero en un cubo siempre presente.

Verdes son las expectativas que suben conmigo esas escaleras cada mañana, y la esperanza de un nuevo gran día al entrar y cerrar a mi espalda la puerta de cristal. Verdes son las paredes de la habitación número cinco, al fondo antes de llegar a control. Y las hojas de los árboles que te esperan desde el exterior, más allá de la galería. Verde el tallo de unas flores prometidas y la navidad en primavera, como verde es también el espíritu guerrero de un ángel con las alas rotas.

Amarillo, el color de la luz del sol que sorprende al salir al exterior terminada la jornada, la misma luz que intenta competir con mi propio brillo tras cada uno de esos días. Los paseos de vuelta a casa subiendo la calle Narváez sin más acompañamiento que la música y recuerdos recientes. Una frase que provoca una carcajada, un logro que causa un beso y la atención de toda la unidad así como un dibujo en la bolsa de la quimio. Un plato de pasta que arranca una lágrima sin ser un recuerdo triste.

Y azul. El azul del mar que rodea unas islas que te vieron partir y volver. El cielo desde donde aun hoy te puedo ver. La burbuja que llena una habitación llena de silencios, miradas tristes, frentes que se apoyan una en la otra y manos que se despiden con una caricia. Un jersey que se queda olvidado en un sillón, azul también, y que con dulzura ella lo dobla y lo guarda en el armario. Un tiburón al que no le gusta que le confundan con un delfín y una flota que sólo se hunde si la competencia es, entre risas, algo desleal. Una silla siempre esperándome para trabajar, de nuevo en la habitación número cinco... El color de cada lágrima que se derrama en silencio.

Seis colores, un cubo y una única despedida que nunca pronunció la palabra "adiós".
Un año, el cielo me arrebató una tortuga, el tiempo no será capaz de robarme ni uno sólo de mis recuerdos.

Te quiero, Eloy.


lunes, 11 de junio de 2012

17 como punto de partida


Quisiera de pronto un día salir a la calle y correr calle abajo sin rumbo fijo por Madrid, huyendo de el tiempo pasado y de los recuerdos que a veces trae consigo. Sin escuchar la música que retumba en mis oídos pintando palabras de significados fríos, ignorando pensamientos que tan sólo traen consigo miedo.

Es entonces cuando echo la vista atrás y hago la cuenta, son diecisiete los días a tu lado, uno más que la vez anterior. Las ganas de salir corriendo se diluyen en el tiempo a la sombra de sueños que van tomando forma en mi mente provocando una tímida sonrisa que se intuye en la comisura de mis labios, no quiere asomarse ni brillar ante el mundo, es una sonrisa que se dibuja hacia dentro, la sonrisa de un corazón que late al compás del futuro que está por delante.

Ten cuidado con lo que sueñas pues, a veces, los sueños se hacen realidad y si esta vez, por un instante, me dejas acercarme a ti no te permitiré que me vuelvas a alejar.

Esta vez quiero ser la pieza perfecta para el rompecabezas de tu corazón.


Disney-Kiss the rain










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


viernes, 8 de junio de 2012

Vuelve a iluminarte estrella


Hubo una vez una niña, como tantas otras niñas, que creció entre sueños. En su mundo flotaban las ideas planeando a su alrededor; colas de cometas pobladas de lazos, otras de brillantes colores, acariciando sus mejillas esperando a llamar su atención y convertirse en un cuento que contar una tarde de domingo lluviosa entre las cuatro paredes del cuarto de juegos.
Historias de príncipes, brujas y princesas; de largos y elegantes vestidos de seda y muselina en las mangas y zafiros engarzados en delicadas tiaras adornando complicados peinados. De apuestos caballeros de brillantes ojos azules. Y de terribles hechizos en un gran caldero de peltre y unas manos viejas y arrugadas removiendo una fórmula burbujeante. Delicados relatos que tomaban forma en una mente infantil con sólo hacerse con los pañuelos de su madre y unos pendientes de plástico olvidados.

Historias que con el tiempo dejaron de ser una voz modulada en distintos tonos, tantos como personajes, y muñecos que se mueven al capricho de dos manos; para convertirse en caracteres en la pantalla de un ordenador a los que acudir para darle sentido a una realidad que vuelve a crecer, como una burbuja, soplido tras soplido, a bocanadas de aire fresco que despierta hasta las más tímidas ilusiones. Una burbuja que brilla en cientos de colores, los de la paleta gastada de un pintor que encontró la inspiración, fundiéndose entre sí bajo la atenta mirada de la luz.
Una burbuja que teme volver a estallar en cualquier momento dejando, en su lugar, tan sólo pequeñas gotas de agua salada.

Siempre quise ser la protagonista de esas historias... pero nunca pensé que cambiaría tanto el cuento.

Brooke & Lucas-He betrayed me










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura

lunes, 4 de junio de 2012

Partitura perfecta si la interpretas tú


Y en la tranquilidad de mi habitación una noche más, perdida entre ritmos de historias y recuerdos pasados con acento del sur; cierro los ojos, en mi rostro se esboza una sonrisa y mi mente se llena de ti.

Pienso entonces en la nobleza y la calma con la que se pinta la mirada de tus ojos oscuros que me miran desde esa distancia segura que procuran los pensamientos que uno tiene y guarda. Recuerdo como se aceleran los latidos de mi corazón cuando pintas con dulzura mi rostro en cada mirada y recuerdo también el sabor a agua y sal de un beso a oscuras.

Pienso después en tu frente despejada y en esa arruguita entre tus cejas si una preocupación no esperada surca tu mente, en la constelación de lunares que bañan tu espalda y en esa línea perfecta de tres que perlan tu rostro, en tu nariz deliciosamente imperfecta que se dobla en un beso y en tus labios de trazo suave dispuestos siempre a regalar una sonrisa.

A mi mente acude también el recuerdo de tus manos de dedos largos y uñas grandes y la facilidad con la que se entrelazan con mis dedos en una imagen perfecta. Pienso en la piel suave de tus brazos, allí donde naufragan cientos de mis caricias y en cómo son las yemas de tus dedos las que saben hacer arder mi piel con tan solo un roce liviano.

Pienso en el seguro refugio que encuentro en cada abrazo cuando tus brazos me rodean y tu rostro se pierde en mi cuello, oculto entre mis rizos negros. En el latido firme de tu corazón si me quedo dormida sobre tu pecho. En la calma que me trasmite tu voz cuando compartes conmigo tus recuerdos en la oscuridad de la noche en tu habitación y en cómo sabes elegir las palabras que irrumpen en mi alma sin preguntar primero.

Y por último pienso en cada beso que atrapa hasta el último aliento, en ese olor que guarda infinitos recuerdos, en como suena tu nombre con mi voz y; al final, pienso en como mis pies se separan del suelo si me descubro a mi misma sonriendo al pensar en ti.

Abro los ojos y me devuelve la mirada una pequeña pelota amarilla... creo, entonces, que un poco sí que me quieres.


Brooke & Julian-Blink










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura