Supongo que mi espíritu, por joven, es idealista y aun sigue creyendo que la importancia no es autoconvencimiento reflejado en una aseveración que suena a palabras rancias y enmohecidas que han pasado demasiado tiempo esperando ser tragadas.
Importante es aquel a quién se cuida, importante es lo que se demuestra con las pequeñas cosas, las que justifican después palabras que mencionan otros, jurado anónimo de los actos de cada cual.
Relevante, quizá. Útil, no me cabe la menor duda. Pero ¿importante? No, importante no fue nunca. Pues cuando un niño rompe un juguete que le importa lo que brilla en sus ojos es la culpa no la indiferencia.
Palabras a destiempo, palabras sin justificar, palabras decadentes y faltas de credibilidad. Fuera, bicho.
Brooke + Lucas & Peyton-Try
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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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