miércoles, 26 de junio de 2013

Licenciarse es el paso previo a saltar


De niños crecer es una aventura, un cúmulo de ansia y deseo por enfrentar nuevos retos pues la confianza es ciega y el orgullo de un desafío logrado no se puede comparar con ningún otro premio. Ponerse solo el abrigo es un triunfo que causa el aplauso de los presentes, subir de curso un paso más hacia una nueva meta -cada cual que archive la suya- cada día uno más que se suma al colgante de experiencias que crece a medida que se soplan las velas de una tarta.
A medida que creces esa confianza se pierde a medida que el juego aumenta su nivel de dificultad. Creernos capaces de comernos el mundo no resulta tan sencillo y la aventura de vivir y crecer se torna un precipicio al que ninguno queremos llegar. Pues hacerlo, significa dejarnos caer a un vacío en el que no nos salvan las caricias de mamá.
Encontrar el lugar en el mundo al que poder pertenecer no resulta tan divertido como cuando se soñaba despierto entre amigas, planeando un futuro en el que cada una supliría las necesidades de las otras. Ahora es una realidad que empieza por creer que somos capaces... siempre después de unas cervezas y los birretes al aire.

OTH-I don't wanna be










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura



martes, 25 de junio de 2013

Sol


El sol se vuelve al fin cálido tras una tímida primavera seducida sin piedad por un invierno en lucha por no perder el protagonismo que le permite llenar las calles de rostros a cubierto entre las solapas de un abrigo.
El mundo parece ganar un nuevo brillo, el de la luz de las calles llenas. Una nueva melodía de conversaciones entretejidas en las terrazas de cualquier bar. Un nuevo sabor a sal, a futuro y a vida.
Y con el sol que se alza con fuerzas renovadas amanece un día que aumenta el doce en uno, aquella que añade una coletilla y rompe con la perfección de los doce meses completos; ya no es uno, es uno y algo más.
El principio de una realidad que se asienta, el principio de un futuro que está aun por llegar, el principio de un sueño que se dibuja en la arena y que ni las olas pueden borrar

Lucas & Peyton-When I look at you










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


viernes, 21 de junio de 2013

Es hora de volar


Es hora de volar y dejar atrás la huella de pisadas sobre la arena, aquellas que el mar guarda como pequeños tesoros en cada caricia sobre la orilla. Pintar en añejo en la memoria cada silencio envuelto por el sonido tranquilo de esa playa, cada vivencia y cada sonrisa, cada instante sumergido en un mundo lleno de brumas de un pasado que siempre es fácil pintar de otro color.
El avión ronronea de nuevo sin apenas tiempo a descansar, economización de recursos que es lo práctico en nuestros días. El sol se alza ajeno a cualquier realidad, creyéndose demasiado importante como para prestar atención a lo que sucede más allá de su propia sombra; y sus rayos bañan la línea del horizonte despertando ese mar que incansable sigue bailando. Y la pequeña máquina despega de camino a otra realidad, la que es monótona y exige responsabilidad, dejando a su espalda un pequeño paraíso improvisado de color brillante.
Quizá lo único positivo es que, en esta ocasión, un adiós no es preludio de otro aun mayor o más doloroso; sino una nueva fotografía en un álbum lleno de historias.

Brooke & Julian-One and only










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


jueves, 20 de junio de 2013

24M *


Blanco, el color de cada mañana de viaje en autobús por esa larga calle aun por despertar. Con las notas de una canción tintineando en mis oídos, una suave voz femenina que promete una canción y palabras. Las copas de los árboles de aquel viejo Parque del Retiro apenas tenían ganas de agitarse, su despertar aun quedaba lejano. Y el sol apenas se dejaba entrever entre las nubes, pintando de pálido el cielo en ese instante en silencio entre la noche y un nuevo día. Blanco como las paredes de aquel viejo edificio que aparece difuminado más allá del cristal.

Naranja, una nueva mañana de trabajo, bostezos que se enfrentan cara a cara con sonrisas de formación profesional y un aula que se llena más si el día es de suerte. El color de ese largo pasillo, de los dibujos llenos de vida en sus paredes, de grandes números pegados en puertas de cristal. Cristal que separa ese instante donde una sonrisa que no se puede esconder se entremezcla con una respiración contenida, de un nuevo "Buenos días" que hace que se levante una mirada de un cubo poblado de colores.

Rojo de unas mejillas que pintan sus pecas de nuevo cada mañana; de una sonrisa que se escapa traviesa entre el orgullo de hacer las cosas bien; de un bolígrafo que pinta grandes tics y alguna que otra cruz un tanto más pequeña, perfección imperfecta. El fondo sobre el que se planta una huella, distintivo de una bata que pretende romper con la monotonía del blanco. Junto al amarillo el color de una bandera que rodea tu muñeca y también la mía, el color que se forma siempre primero en un cubo siempre presente.

Verdes son las expectativas que suben conmigo esas escaleras cada mañana, y la esperanza de un nuevo gran día al entrar y cerrar a mi espalda la puerta de cristal. Verdes son las paredes de la habitación número cinco, al fondo antes de llegar a control. Y las hojas de los árboles que te esperan desde el exterior, más allá de la galería. Verde el tallo de unas flores prometidas y la navidad en primavera, como verde es también el espíritu guerrero de un ángel con las alas rotas.

Amarillo, el color de la luz del sol que sorprende al salir al exterior terminada la jornada, la misma luz que intenta competir con mi propio brillo tras cada uno de esos días. Los paseos de vuelta a casa subiendo la calle Narváez sin más acompañamiento que la música y recuerdos recientes. Una frase que provoca una carcajada, un logro que causa un beso y la atención de toda la unidad así como un dibujo en la bolsa de la quimio. Un plato de pasta que arranca una lágrima sin ser un recuerdo triste.

azul. El azul del mar que rodea unas islas que te vieron partir y volver. El cielo desde donde aun hoy te puedo ver. La burbuja que llena una habitación llena de silencios, miradas tristes, frentes que se apoyan una en la otra y manos que se despiden con una caricia. Un jersey que se queda olvidado en un sillón, azul también, y que con dulzura ella lo dobla y lo guarda en el armario. Un tiburón al que no le gusta que le confundan con un delfín y una flota que sólo se hunde si la competencia es, entre risas, algo desleal. Una silla siempre esperándome para trabajar, de nuevo en la habitación número cinco... El color de cada lágrima que se derrama en silencio.

Seis colores, un cubo y una única despedida que nunca pronunció la palabra "adiós".
Un año, el cielo me arrebató una tortuga, el tiempo no será capaz de robarme ni uno sólo de mis recuerdos.

Te quiero, Eloy.

miércoles, 12 de junio de 2013

Y pintar con la misma paleta el gris de Madrid


Color allí donde alcanzan a ver mis ojos, azules que se entretejen en un intrincado mar de brillo y luz en el degradado de las olas que avanzan sin miedo hacia su constante caer sobre la suave arena. La misma arena cuya luz hace al sol sucumbir a la envidia pues no concibe brillo más puro que el de sus rayos y, celoso, le arrebata el calor al suave manto de los pies que caminan a la orilla del mar.
Una paleta de marrones que combina en perfecta armonía con el azul que rompe el cielo y se sumerge en el mar; colores de sombra y tostado que hacen desaparecer al verde trayendo consigo ecos de desiertos no muy lejanos e historias de la fuerza de la tierra en erupción.
Viento que corre libre más allá de donde alcanza la mirada, como el niño que apenas es consciente de la repercusión de su paso sobre aquello que le rodea; que agita, que golpea, que calma el fuego del sol y que ruge con la fuerza de la vida que a veces se pierde entre los recovecos del tráfico de la gran ciudad.
Y entre naturaleza, color, sol y viento se intuye entre las esquinas los ecos de un pasado que no resulta tan lejano en el tiempo. Una vida que encuentra sus raíces en ese lugar donde dejó guardada la niñez.
Quizá los recuerdos no sean todos bonitos pero en ese lugar, entre esas calles y más allá de los pedregosos caminos que van a parar al mar, se intuye de nuevo la misma mirada curiosa que quedó retratada en una fotografía en sepia. El rostro de ese niño vuelve, aun a pesar de los cambios del poderoso tiempo, al reencontrarse con el sitio al que sabe pertenecer.


Z + V-Lovers dance when they're feeling in love










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura

martes, 11 de junio de 2013

Ruge el palacio, tiembla Madrid



Lo que me admira del deporte es su capacidad de parecer noble más allá del artificio mediático que maquilla su rostro con polvo de seda verde esmeralda. Los focos y su burbuja de rancio privilegio pintan sobre el campo un cuadro con acuarelas que se difuminan entre texturas demasiado duras para tan frágil elemento, intentando crear una realidad que desaparece al cruzar las puertas de cristal y sentir el rugido latente de una grada fiera y paciente cual felino agazapado.
Pita el árbitro, vuela el balón, los jugadores se diluyen en un borrón de color y velocidad y ruge la grada haciendo renacer con fuerza e ímpetu la realidad de cualquier deporte pues este no es sino un juego.
Que no intenten arrebatarle nunca su esencia, que me dejen disfrutar de ella en la compañía perfecta; producto de un impulso del momento a escasas horas de volar hacia otra realidad.


Tree Hill Ravens-That's when all win










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura

lunes, 10 de junio de 2013

Es hora de crecer



Cruzar una puerta doble cuando el calor se empieza a sentir a través de las paredes de gruesos colores pálidos, cerrarla con suavidad a tu espalda y apoyarte en ella el segundo necesario para cerrar los ojos y dejar que emerja con fuerza el único pensamiento que tiene cabida en ese efímero instante. Es el último.
De ahora en adelante las pruebas de valía serán mucho más arduas y ninguna de ella será avisada con cuatro meses de antelación, la comodidad de la vida segura y predecible cae por el abismo que asoma más allá de tus pies una vez entregado el último examen formal de una vida académica, a la que apenas le queda un último suspiro.
La niña que vive entre apuntes de colores se esconde en la caja de zapatos donde se guardan celosamente los recuerdos que forman los cimientos de una realidad; es momento de que el cuerpo que esta abandona se enfrente a los retos que traerá consigo hacerse mayor.

Nadie dijo que fuera fácil pero algo me dice que merecerá la pena.

OTH-Party Rock










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura

sábado, 8 de junio de 2013

Que todo vuelva a sonar, que todo vuelva a brillar


Cuando la bruma apenas ha dejado de nublar la mente los ojos se abren y pestañean acomodando el golpe de luz que impacta contra la cúpula de oscura calma del sueño. Sigue fresco el recuerdo de una historia inventada, producto de una mente que trabaja intensamente en mostrarse creativa, aunque dicha creación resulte más bien una broma de mal gusto. Cuesta aun discernir entre realidad y ficción y el corazón se encoge ante la sola posibilidad de que sea real ese silencio al otro lado de la pantalla.
La razón se impone sobre cualquier otro pensamiento al reconocer el azul pálido de las paredes, el cual dista mucho del verde enfermizo que le arrebataba la luz incluso a las fotografías del armario; no se escucha el ronroneo de un ordenador, si acaso el suave respirar de un gato aovillado a los pies de la cama.
Respira tranquila pero aun sigue nítida la impotencia que se adueña del pasar de los minutos en un día en el que ni siquiera la música sabe jugar limpio.


Jack & Rose-Never let me go 










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura