Todo artista se permite adornar su obra con un detalle imperfecto, una tara que haga real su obra maestra pues nada es perfecto y lo perfecto es irreal, un sueño vago y por difuso inalcanzable. Como artista no espero, ni deseo, ni busco la perfección sino que me dejo seducir por los defectos de una imperfección real que me permita sentir y vibrar; que me conquiste con su manera de enmendar cada error; que me agite y me azore con cada susurro al oído siempre sucio y poco correcto; que me haga latir de rabia cuando el orgullo emerge despertando la más ácida de mis armas, la razón.
Tú eres mi deseo imperfecto. Las manos que se adentran por mi camiseta erizando cada centímetro de mi piel hasta soltar en un click la tela que se cierra a mi espalda. La mirada intensa que tiñe de rojo mis mejillas contra el blanco de las sábanas. La sonrisa que asoma en sueños cuando al despertar le sigue un beso entre las sombras de una habitación llena de secretos. La voz dulce que enjuga lágrimas que se me escapan cuando la emoción se adueña de mis reacciones.
Las manos entrelazadas que me hacen soñar con un nuevo mañana, mes a mes, más allá de las huellas que dejamos pintadas en la arena.
Lucas & Peyton-Ho hey
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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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