-¿Cuándo te vas a decidir a vivir tu propia vida y no la que te planee tu padre?-le preguntó, Sergio volvió a encogerse de hombros.
-Quiero ser yo mismo, quiero cambiar todo mi mundo, romper con todo lo que conozco pero en lo que no creo-confesó con el semblante serio. Su mirada voló por el aula hasta fijarse en un abrazo que le resultó familiar, ya lo había visto antes, no mucho antes. Volvió a sonreír pero su sonrisa no llegó a su mirada-. Pero nunca encuentro una razón que me impulse a ello.
-¿Y el equipo?-preguntó el moreno-. También es tu sueño.
Sergio sonrió ausente, agachó la cabeza y al ver el balón junto al pie de Miguel lo controló y lo lanzó al aire. Un toque, otro y otro más. El semblante serio, una arruga suave, de concentración, surcando su ceño y toda su atención entregada a aquel balón. Miguel tenía razón, ese era el sueño que anidaba en su corazón, soñaba simplemente con poder jugar, no importaba dónde. Pero soñar, a él, era algo que no le estaba permitido.
**ÁD**
Que nadie me diga nunca que los sueños no se cumplen pues soñar es de valientes y quién cree en ellos es capaz de convertirlos en realidad.
Ellos han creído, ellos nos han hecho creer a todos... Su sueño era lograrlo, su realidad es esa copa alzada al cielo ante las lágrimas de un país lleno de orgullo.
Sois inmensos, gracias.
¡¡FELICIDADES, ESPAÑA!!
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