sábado, 24 de julio de 2010

Tiempo, terrible cocodrilo y su tic.tac


Al temible capitán James Garfio, amenaza del País de Nunca Jamás, tan sólo una cosa era capaz de hacerle temblar.
Se enfrentaba al rival más fiero blandiendo su espada con la habilidad de un espadachín; dirigía a su tripulación en la más cruenta de sus batallas; perseguía, incansable, a Peter Pan clamando venganza; atemorizaba a las sirenas, se había ganado el respeto de los piratas... y un pánico irracional le invadía cuando a sus oídos llegaba el incansable tic-tac.
Cocodrilo de ojos brillantes que anunciaba su llegada con el sonido constante, eterno... fiera que ya ha probado su sabor... capitán atemorizado ante el paso del tiempo.

De bruces me he dado con la realidad de un tiempo cuya única realidad es su frugalidad. Cada segundo que pasa es un paso más hacia la última página de un libro que antes o después cerrará sus cubiertas quedando, la bella imagen de su portada, como único recuerdo de la vida que su autor vivió.

No quiero planear una vida perfecta hasta el más mínimo detalle... quiero vivir una vida improvisada, plagada de errores y aciertos, sonrisas y llantos, pues me gusta la luna tanto como el sol, la lluvia, el cielo azul, las estrellas o las nubes.
Quiero que los cuadernos se me queden pequeños para atesorar recuerdos nimios con el poder de dibujar una suave sonrisa.

Quiero no temer a esa última página pues sabré que las anteriores estarán escritas hasta en los márgenes.
No quiero ser Garfio, quiero ser la eterna juventud de Peter atrapada en recuerdos.




Quiero seguir recordando tu abrazo con la sonrisa de un recuerdo entrañable... lucha, no invites a las lágrimas, a tu libro le siguen quedando muchas páginas.

Lucas Haley-Little wonders


No hay comentarios:

Publicar un comentario