martes, 28 de febrero de 2012

Un amigo, una lágrima, una pregunta y ni una sola respuesta


Definirse es encontrar el límite; la línea a carboncillo que delinea una silueta, cada rasgo, cada característica, cada sueño y cada deseo.
El trazo que define en metas olvidadas o no cumplidas aquellas que algún día fueron realizadas, que realzan los colores que pintan un pensamiento fugaz, un sueño acariciado, una ilusión.

El atractivo de un deseo reside en la posibilidad de no cumplirlo, lo cumplido por todo lo que alimenta al pasado es parte de cada uno. Lo grande de vivir es que algún día se deja de hacerlo.

Soñamos en un futuro que es un lienzo en blanco al que el color le llega cuando debe y no cuando queremos, pensando que podemos armarnos de brocha y pincel para pintarlo a nuestro antojo. Creyéndonos capaces de vencer incluso al tiempo, dueños de cada instante, artífices de cada carcajada... sintiéndonos inmortales.
Hasta que tu alrededor se vuelve cuatro paredes sencillas y un techo a dos aguas con una cruz ante tus ojos, brillando en colores de cientos de cristales. Personas anónimas en silencio, sumidas en sus propios porqués, y solo él ante un micrófono, armado con palabras y recuerdos para luchar contra ese nudo en la garganta, parte de una misma realidad.
Las palabras que un amigo le regala a otro arrancan una lágrima, la primera que cae desde entonces... también la última pues quién rezumaba vida se merece un hasta pronto entre sonrisas al son de la batería.

De ti aprendí a disfrutar del presente porque el futuro no está en mi mano, de ti aprendí a reír, de ti aprendí a soñar... vuela siempre, vuela alto.


Danny & Rafe-The vision










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


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