El reloj sigue corriendo, si algo me consuela es que nada lo detiene y cada segundo es un segundo menos. Pero menos ¿para qué?
Puede tratarse de un segundo menos para poder abrazarte y estar junto a ti, algo que anhelo con todas mis fuerzas. Un segundo menos para poder mirarte a los ojos si te hablo, acariciarte el rostro cuando sonrío y besarte si dado el momento hablas de más.
También es un segundo menos para regresar a una ciudad donde el ruido llena las calles de sonidos de voces niños y vida, algo más que ruedas que surcan el asfalto con rumbo fijo. Donde no hará calor pero, al menos, brillará el sol en un cielo limpio. Una ciudad de cartón, carente de la perfección del hielo, un lugar lleno de errores y aciertos, imperfecciones en el recorte y calles pintadas del color de los recuerdos. Añoro mi fuente, la paz del fluir del agua escalón por escalón... el mar que baña esta ciudad no puede competir con su calor.
Un segundo menos para recuperar el refugio de mi pequeño y cálido cuarto, añoro el azul en las paredes; odio el verde, siempre lo he odiado. Para volver a casa, sencillamente eso.
Pero también es un segundo menos entre estas calles de colores y edificios barrocos que aparecen por sorpresa. instantes que se cuentan en negativo perdida en la mirada que cruzan dos catedrales que se alzan pugnando por la atención de una ciudad que pocas veces alza la mirada del paso a paso de unos pies que nunca se estancan, siempre avanzando.
Un segundo que se pierde con cada hoja brillante y roja que cae del árbol frente a mi ventana, un segundo menos de sol, un segundo menos de calor.
Un segundo que parece perdido en una lucha entre lo que se espera y lo que se necesita. Pues ambas son complementarias pero no se completan. Perder instantes de la diversión que se espera para calmar la sensación de falta de paz o perder instantes de refugio en favor de una diversión que a ojos ajenos significa disfrutar de esta aventura autoimpuesta. No hay equilibrio, no es posible, y no siempre la fuerza que vence es la decisión acertada pues esta implica un valor y una firmeza de la que muchas veces carezco; lo que sea necesario para evitar comentarios a pie de página.
Una semana menos, quedan 12
Brooke Davis-You shoot me down but I get up
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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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