jueves, 29 de noviembre de 2012

Tres meses que dejan la cuenta en 20 y restando


Tres meses son los que llevo envuelta por aguas pero sin poder sentir el mar. Lagos de aguas tranquilas acarician el perfin de esta ciudad en la que me encuentro pero el viento no trae el suave sonido de olas rompiendo contra la arena, no hay brisa que agite el cabello ni hormiguee en la piel, su mar carece de ese olor a sur, a sal, a sol y a suerte. Su mar no trae paz, sólo la sensación de que algo está siempre por venir pero sin llegar jamás.

Una ciudad sumida en un eterno letargo donde, aunque la nieve cubra el suelo y las luces navidellas inunden las callse es el tráfico el único sonido que llega al oido. No hay charlas insustanciales llenando las calles, no hay risas bailando entre la copa de los árboles de un parque, no hay gritos entre nieve que impacta en el hombro descuidado.

Calles de edificios pintados de colores pero, mires al cielo o al suelo, el gris eterno es el rey.

Tres meses a mi espalda; un largo camino al que sólo le quedan, ya, veinte baldosas por delante. La cuenta atrás es cada vez más corta. Ese abrazo está a cada instante más cerca.


One Tree Hill-We're  young, we're fine, let's do some damage













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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura

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