jueves, 31 de diciembre de 2009

Cinco minutos más para la cuenta atrás


Ya lo dijo Ana Torroja, acompañada por Nacho y por Jose María Cano, hará ya unos añitos:
Y en el reloj de antaño como de año en año, cinco minutos más para la cuenta atrás. Hacemos el balance de lo bueno y malo, cinco minutos antes de la cuenta atrás

En mi caso falta un poquito más de cinco minutos, más bien 7 horas y 45 minutos para despedir un año más que se va y darle la bienvenida a esa nueva cifra en el calendario. Pero voy hacer lo mismo... o parecido.

Este 2009 que llega a su fin no pasará a la historia de mis mejores años, cierto, pero olvido lo malo puesto que este año tan lleno de momentos complicados también me ha regalado lo más maravilloso que he recibido jamás hasta la fecha.
Hago balance sólo de lo bueno y os lo cuento con mis manos...

Se me va un año lleno de arte en todas sus facetas. Arte en música y en voz cristalina, como el río que corre seguro constante melódico y al tiempo tierno. Curioso, quizá extraño, pero cierto. En canciones que me han enseñado mucho más que cualquier libro, sobre todo aquellas que no tenían letra.
Arte en dibujo. No crezco dibujando, mi capacidad es más bien limitada pero me ayuda más de lo que parece a desconectar del mundo.
Arte en escritura...no hay mejor sensación que el sentirse orgullosa de lo que una hace y eso me lo ha dado el boli y un par de folios.

Se va también un año de amistad. El año en el que he aprendido que no hay distancia insalvable ni pérdida irrecuperable. Cuando dos manos se separan antes o después se pueden volver a juntar, es sólo cuestión de acercarlas.

Y un año en el que sigo siendo una niña, pero una niña que atesora cada recuerdo que engrandece su imaginación; que aprende de cada experiencia, que sigue creciendo en busca de las estrellas que su destino le baja del cielo.


A todos os deseo un feliz 2010.


martes, 29 de diciembre de 2009

Por qué no tintineas, Campanilla




¿Por qué esa carita? ¿Qué te preocupa? ¿Por qué no tintineas, Campanilla?
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Porque quiero atrapar una estrella pero mis alas no vuelan lo suficientemente alto... porque quiero perderme entre los rayos del sol pero me ciega su luz, demasiado brillante, demasiado lejana... porque quiero ser esa música armoniosa y limpia que parece morir en un suave susurro y que de pronto crece, arde y vibra creando un fuego azul en el alma que arranca una lágrima solitaria, tímida y pura como el cristal...

Tan sólo soy agua y sal...la que provoca tu voz.


lunes, 28 de diciembre de 2009

Todo es posible con fe, esperanza... y polvo de hadas


Volaba con la luz mientras en su mente se sucedían imágenes de sus recuerdos más preciados. El recuerdo de una promesa inmortal, que perduraría en el tiempo hasta verse cumplida.
Conocía su misión, ni siquiera contemplaba la opción de no cumplir con ella pero en ese momento tenía un deber mayor para con la lealtad de la que tanto había presumido siempre. Tenía una promesa que cumplir, era su deber cumplirla.

Se vio de nuevo rodeada por la mágica atmósfera de luces y sombras que enmascaran la realidad una vez se abre el telón. Ante ella el escenario, una habitación infantil y tres camas ocupadas; bultos que bajo las sábanas respiran fingiendo estar sumidos en un sueño imperturbable.
Una ventana que se abre y el foco que ilumina a ese niño, más niño aun ataviado con las mayas verdes y el gorro del cual cuelga una pluma carmesí. Eleva las cejas, arrugas surcan su frente y una sonrisa que acentúa las arruguitas a ambos lados de su boca evoca infinidad de recuerdos a la mente de ella que sigue flotando sobre la platea, invisible ante la mirada humana.
Era divertido verle allí, con los brazos en jarras y expresión traviesa, infantil; siendo él mismo y su personaje al mismo tiempo fundiéndose el uno en el otro sin perder la esencia de ninguno. Cumpliendo su parte de la promesa con el flequillo castaño cayéndole por la frente bajo el gorro.
Buscó su sombra y despertó a una Wendy rubia de expresión dulce que se dirigió a él con gesto maternal y la ilusión vibrando en su voz. Allí estaban ambos, Wendy y Peter, y el sueño de viajar a nunca jamás dibujado en el aire con las palabras de Peter, de su sol. Pero faltaba algo, faltaba ese hada que revolotea incansable alrededor del niño duende, faltaba ella misma.
La voz de Peter, siempre limpia y armoniosa, llenó el teatro dando comienzo a aquella canción y un pequeño foco le apuntó al tiempo que sonaba un tintineo suave que se mezclaba con su voz. La luz se movió nerviosa y él la siguió con la mirada sin dejar de cantarle a Wendy, ahí estaba Campanilla y con ella la posibilidad de cumplir la promesa.

Hoy la luna en tus ojos verás brillar,
una estela de luz que nos guiará,
hacia un mundo distinto al anochecer.


Cerró los ojos concentrándose únicamente en la luz, en fundirse con ella aunque no fuese natural. No le resultaba difícil, conseguía todo cuanto quería con desearlo tan sólo; así, cuando volvió a abrir los ojos vio como su cuerpo etéreo empezaba a disolverse en pequeños puntos luminosos uniéndose a la luz, entrelazándose con ella y siguiéndola hasta Peter.
Durante un breve segundo Peter calló, había terminado su estrofa, le prestó atención a Wendy antes de que esta empezase a cantar pero un tintineo en su muñeca le hizo volver el rostro. Ese sonido claro y dulce no estaba preparado, no era cosa del montaje sino del cascabel que de su muñeca colgaba. Miró la bolita de plata y descubrió sobre ella una luz diminuta, una figura luminosa y difuminada pero a la vez demasiado familiar como para no reconocerla. Era ella, eran sus ojos azules; era su hada.
Wendy cantaba pero Peter no podía prestarle la más mínima atención, tan sólo tenía ojos para esa luz que revoloteaba a su alrededor con vida propia aunque ella no pudiese explicarse como era posible que pudiese verla. No existía, no era real pero él la seguía con la mirada sin dejar de sonreír y cantar para ella; era magia.

Polvo de Hadas que dura hasta el amanecer,
los deseos se cumplen si tienes fe,
y tu imaginación llega lejos.


Voló en círculo alrededor del dedo meñique de Peter, ella también cumplía de esa manera aquella promesa que compartían ambos. Una lágrima brillante y solitaria surcó la mejilla de Peter cuando, lejos de cualquier pensamiento racional, se dio cuenta de que por imposible que fuera, era ella y estaba ahí junto a él el día de su estreno siendo Campanilla, su Campanilla.
Se acababa la canción, se quedaba sin fuerzas para seguir manteniendo su deseo y su brillo de luz empezaba a desvanecerse. Se acercó al rostro aniñado de Peter y le sonrió.

Tan sólo esta noche...

Él cantó; ella, diminuta, le besó en la nariz y después desapareció quedando sólo en un recuerdo en la memoria de Peter. Ahora tan sólo veía la luz mortecina de un foco manejado por un técnico y el tintineo resultaba hosco e irreal. Su Campanilla se había marchado de nuevo dejándole tan sólo un recuerdo demasiado increible para ser real, el recuerdo de una promesa por fin cumplida que le demostraba que nada era imposible si lo deseaba de verdad.


The magic of a friend - Tink and Terence

jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad


No es una novedad decir que no soy precisamente fan de estas fiestas, de hecho esta noche me parece la noche más triste del año sin duda alguna. No obstante estas navidades están siendo demasiado especiales como para pasarlas por alto. ¡¡Papá Noel está siendo bueno conmigo desde que empezó diciembre!!

Envuelto en papel rosa los días en compañía de mi hermana mayor. Entre nosotras la distancia no existe y me lo demuestra tu sonrisa cada vez que me reencuentro contigo en cualquier estación de tren.
Y junto a este, con lazo lila, cada momento con Eva y la conexión que tengo con ella. Lo nuestro es arte amiga, tú te quedas con Dalí y yo con Mozart.

Bajo el árbol, entre ramas y con una campanilla de plata tintineando junto a él, el arte sutil que tanto le faltaba a mi vida y que me ha devuelto las ganas de escribir y la inspiración que sentía desaparecida envuelta en papel azul.

Con aire del sur, desde granada y al calorcito del radiador, la sorpresa más grande que me han dado en mucho tiempo. La demostración de que la navidad tiene su punto de belleza si te la tomas con ternura de peluche, algo de humor en un lazo azul y la música de nuestra amistad.

Colgado de la estrella un nuevo regalo envuelto en oro, tu voz, mi pequeña. Y ese halellujah que me llenó de orgullo.

De azul cielo infinidad de recuerdos hechos papel. Y de azul mar sólo tú, mi equilibrio, compartiendo conmigo esa magia pálida como compartiremos algún día las tablas. Sólo cierra los ojos, sueña y ponle alma y voluntad.

Y en mi mano, sin envolver, una mirada efímera cuyo recuerdo es capaz de hacerme sonreír.

Sigue siendo una noche triste pero tengo regalos más que de sobra como para no dejar de sonreír.

Disney-All I want for Christmas is you


miércoles, 23 de diciembre de 2009

Perdida entre dos miradas


Hoy por primera vez en mi vida dejo a un lado mis sueños y olvido hasta mis deseos más insignificantes.
En un cajón guardo también pasados y futuros, recuerdos y esperanzas entre calcetines desemparejados.
En mi cajita de cristal atesoro lo que fui, lo que soy y lo que seré y lo guardo a buen recaudo para recuperarlo después.
Y por último doblo el miedo, cuelgo el alma y apago, por un segundo, la razón y la pasión.

Por primera y única vez en mi vida sólo soy dos simples miradas...

Una mirada que aparece en cada foto, que llena de vida el papel desafiando las leyes de la razón y la lógica porque una foto no es sólo una imagen sino los recuerdos que traspasan esas cuatro esquinas.
Una mirada eterna que supera cada obstáculo, que lo vence todo seguida siempre de una sonrisa.
La mirada de quién me complementa, quién forma mi equilibrio en el otro lado de la balanza, de esa persona imprescindible que es una gran parte de mi todo.
La mirada de una amiga.

Y una mirada fugaz que murió en el tiempo. Que ni siquiera sé si fue real o un simple deseo pero que, por un segundo me llenó de luz el alma.
La mirada del arte, de un artista


Vuelvo al principio, recupero mi pasado pleno de recuerdos, mi presente y mi futuro de esperanza. Me guardo en el bolsillo el deseo, el miedo y mis sueños. Recoloco el alma y ajusto mi vida entre pasión y razón.
Me recupero a mi misma pero guardando, en mi esfera, dos nuevos tesoros.

Disney-Anything but ordinary


lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Conforme o inconforme?


 veces los sueños se vuelven demasiado grandes. Tanto que resulta difícil contenerlo entre las manos y de pronto tanta grandeza impone, asusta; temes que no se llegue a realizar y por miedo a fallar optas por rendirte sin intentarlo siquiera.

Como un arquitecto que sueña su edificio, su capolaboro. Ese baile de líneas, cálculos, proporciones y medidas. Todo exacto, armonioso, calculado y perfecto... todo proyecto... todo simple papel...
Y aunque parezca hasta sencillo llevarlo a cabo, volver realidad el insípido proyecto y engrandecer lo plano convirtiéndolo en tridimensional; aunque sepas qué pasos debes seguir y como lograrlo no lo haces porque a su vez descubres la infinidad de variables que influyen y no vienen recogidas en el papel...simple, insípido, insuficiente.
Empiezas a temer que algo pueda fallar, que el castillo que habías construido en el aire acabe por desmoronarse completamente y por miedo a ese posible final rompes el papel, te rindes sin empezar a realizarlo siquiera. Antes incluso de haber colocado la primera piedra.

Ahora mismo me siento un poco de esa manera, a mi también me asustan a veces mis sueños, incluso lo que más que un sueño es un mero anhelo.

¿Y qué hago ahora? Bernini, pintor, escultor, arquitecto, artista no se rindió ante su proyecto más ambicioso, ante esa Plaza de San Pedro; cierto. Pero ni yo soy Bernini ni hablamos de mi proyecto más ambicioso; tan sólo es el deseo de atrapar lo efímero, acariciar lo que sólo puedo ver.

Sólo un capricho pero...
¿merece luchar por él? ¿o dejo pasar de nuevo el tren?

Disney-Everything has beauty; but not everyone sees it.



miércoles, 16 de diciembre de 2009

La música es el único lenguaje puro


Pasan los días con su imparable rutina, guiados por ese tic-tac que no calla, que no muere, que siempre nos persigue y nos controla quizá demasiado.

Pasan los días, descubres y aprendes de los descubrimientos que trae consigo el crecer. Te das cuenta de que al final tenías razón en aquello que todos negaban y lo gracioso es que te da igual porque no te sorprende.

Cada vez menos cosas te sorprenden porque conoces demasiado, conoces bien y practicamente puedes anticiparlo.

Nada me sorprende ya, sé cuando tengo razón aunque me lo nieguen y no es una novedad confirmar que la tenía; me busco mi propia felicidad, alineo mis planetas y al final mi mundo es una perfecta melodía en la que el ritmo es constante y las notas conocidas formando una composición armoniosa, una dulce composición al piano que me gusta y me atrae.

Nada me sorprende hasta que entro por la puerta, paso a mi cuarto para quitarme el abrigo y dejar el bolso y un enano rubio aparece en el umbral con su sonrisa de dientes de leche y los puñitos cerrados ¡¡Hola tia Anea!!
Una nota inesperada, aguda, que rompe la armonía y cuyo recuerdo queda suspendido en el silencio sin mezclarse con ese ritmo que continua constante. Una nota mágica, pero no es la primera ultimamente...

Hace días descubrí no una nota, más bien una melodía limpia y perfecta, que crece en belleza cuanto más la escucho y que rompe de manera sublime la composición de mi vida. Esa melodía que hace a mi imaginación volar y caer en picado al mismo tiempo mezclando antagonismos que parecen imposibles.

Pero ayer me sorprendió un breve baile de dedos ágiles sobre las teclas formando un sonido quizá algo tímido y a su vez seguro. Me sorprendió lo esperado y a su vez lo imposible; aquello que pensé que no me volvería a sorprender nunca más.

En una melodía sublime al final siempre resuena en el silencio el eco del recuerdo de aquellas notas disonantes en la armonía.



Brooke & Peyton-Instrumental