lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Conforme o inconforme?


 veces los sueños se vuelven demasiado grandes. Tanto que resulta difícil contenerlo entre las manos y de pronto tanta grandeza impone, asusta; temes que no se llegue a realizar y por miedo a fallar optas por rendirte sin intentarlo siquiera.

Como un arquitecto que sueña su edificio, su capolaboro. Ese baile de líneas, cálculos, proporciones y medidas. Todo exacto, armonioso, calculado y perfecto... todo proyecto... todo simple papel...
Y aunque parezca hasta sencillo llevarlo a cabo, volver realidad el insípido proyecto y engrandecer lo plano convirtiéndolo en tridimensional; aunque sepas qué pasos debes seguir y como lograrlo no lo haces porque a su vez descubres la infinidad de variables que influyen y no vienen recogidas en el papel...simple, insípido, insuficiente.
Empiezas a temer que algo pueda fallar, que el castillo que habías construido en el aire acabe por desmoronarse completamente y por miedo a ese posible final rompes el papel, te rindes sin empezar a realizarlo siquiera. Antes incluso de haber colocado la primera piedra.

Ahora mismo me siento un poco de esa manera, a mi también me asustan a veces mis sueños, incluso lo que más que un sueño es un mero anhelo.

¿Y qué hago ahora? Bernini, pintor, escultor, arquitecto, artista no se rindió ante su proyecto más ambicioso, ante esa Plaza de San Pedro; cierto. Pero ni yo soy Bernini ni hablamos de mi proyecto más ambicioso; tan sólo es el deseo de atrapar lo efímero, acariciar lo que sólo puedo ver.

Sólo un capricho pero...
¿merece luchar por él? ¿o dejo pasar de nuevo el tren?

Disney-Everything has beauty; but not everyone sees it.



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