Las semanas se suceden, se acercan instantes de transición, de calma gris entre los colores del otoño y las luces de la navidad. Empieza noviembre y, con él el frío, una capa esponjosa de nieve amenaza con cubrir la ciudad sumiéndola en el sueño del invierno y la luna le gana el protagonismo al sol. La noche se vuelve eterna entre responsabilidades que asoman en el horizonte en forma de notas en un calendario.
Y en las tiendas, entre calabazas de plástico, asoman ya adornos dorados.
Una semana menos, quedan 7
Cerrad los ojos, es noche de brujas...
Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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