domingo, 6 de octubre de 2013

Cuéntame una historia


Porque el sentido de una historia tan sólo se encuentra en los oídos de quién se presta a escucharla. Quizá no se trate de una obra digna de estudio literario, ni engalanará con los años la historia de la literatura en su lengua materna. Quizá se gane feroces críticos que la señalen como un insulto a las palabras, un golpe a la razón humana y una mala influencia. Quizá encienda el corazón de críticos benévolos que tan sólo entienden de lo que les hace sentir y sonreír. En realidad apenas importa cual sea el resultado mientras sea leída pues una historia, buena o mala, real o ficticia, solo es una historia cuando pasa de oyente a lector. Aquella historia que no encuentra público que disfrute de las delicias de escucharla morirá en el olvido sin un alma que llore su pérdida.
Eso es todo cuanto engrandece una historia, unos ojos que le presten atención, aunque sean tan sólo los de una niña antes de dormir. Aunque tan sólo sean los de una amiga que quiere compartir tu propia ilusión puesta en ese mundo de ficción.

Gracias por darle alas a mis sueños sin darte cuenta, hermana.

Brooke & Peyton-Little wonders










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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


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