Supongo que la vida no cambia hasta que uno mismo decide que quiere cambiarla. Cada avance da comienzo con un primer paso hacia delante y para pasear hace falta mover los pies.
Ha llegado el momento de tomar las riendas y de sentirse a gusto, plena y realizada, de ir consiguiendo metas a medida y objetivos cada vez más altos. Un cambio de año no es un cambio de rumbo, ni de ciclo, ni de etapa, es tan sólo un sol que se pone y vuelve a salir, un nuevo mañana en el que lo único que cambia es la hora del calendario que se pasa. Pero suena bien como fin para la niña que no quiere crecer y nuevo comienzo para la persona que puedo llegar a ser.
Y nada mejor para empezar que poner en marcha el cuerpo.
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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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