viernes, 17 de enero de 2014

Un nuevo comienzo



Cada viernes una nueva historia donde cada año las protagonistas cambian. De cada año guardo un granito de arena en cada proyecto que emprendo y cientos de recuerdos en el cajón entre calcetines desemparejados y fulares mal doblados. Y ante el año nuevo me preparo para lo que pueda deparar a sabiendas de que nunca es lo mismo y que no hay año remplazable.
Las tardes de viernes del año pasado son precisamente eso, historias que contar con cariño ante los oídos que estén dispuestos a escuchar con atención e intención. Las tardes de viernes de este año son documentos en blanco aun por completar. Una pequeña semilla que poco a poco brota en pequeñas hojas tan distintas unas de otras como necesarias para dar vida a esa planta que pronto será algo hermoso. Hay hojas que no se saben despegar, que crecen juntas y en par, tímidas y armoniosas sin saber que aunque se escondan llaman la atención. Otras buscan su propio camino, intentando escapar de todo cuanto pueda estar establecido, destacándose por diferentes aunque eso suponga saber aceptar que se es distinto y la diferencia no siempre encuentra compañía. Y el resto crecen acorde a lo esperado, como tantas otras y a su vez únicas en sí mismas.
Otro año tengo una nueva plantita, otra más para mi colección, hasta ahora todas han crecido cada cual más bonita que la anterior, veremos a ver qué le depara el tiempo a esta.











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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


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