domingo, 5 de enero de 2014

Queridos Reyes Magos


Queridos Reyes Magos:

Como ya es costumbre en mí, un año más estoy aquí el 5 de Enero (vuestro noche) para escribiros mi carta con mis mejores deseos. Este que se ha ido ha sido un año bastante malo, yo me he portado bastante bien dentro de lo que cabe, pero el año ha tenido un comportamiento nefasto y retorcido. Si queréis dejarle carbón a alguien el 2013 es vuestro candidato ideal.
No obstante, por suerte, ha finalizado y da comienzo con ganas un nuevo año, el 2014, que suena bien y pinta aun mejor. Ha empezado con ganas y yo, con aun más ganas de disfrutarlo, lo inauguro escribiendoos mi carta un año más en un día que se llena de la magia más pura; la que se refleja en la sorpresa en la carita de los más pequeños al veros pasar sobre vuestras carrozas llenas de luces, agitando la manita como si no hubiese un mañana con el deseo de que la mirada de sus tres Reyes Magos se pose sobre ellos durante un instante, y con el corazón a rebosar de la fe ciega de cualquier niño en la magia. No sé si alguna vez, en alguna de mis cartas, os lo he mencionado pero creo que este es uno de mis días favoritos del año.

Bien, como os estaba diciendo, el año no se ha comportado nada bien conmigo, pero yo creo que no he sido mala del todo. Al menos no mucho más que cualquier otro año. Y he reducido mi ingesta de Coca-Cola, que eso debe de sumar puntos en algún medidor de bondad, seguro. Aun así, sois vosotros quienes juzgáis mi comportamiento este año así que yo me limitaré a pediros en mi carta unas pequeñas cositas que quiero por Reyes este año y vosotros, con vuestro gran criterio, elegís cuáles de ellas me dejáis en el zapato esta noche. ¿Os parece?

Para no faltar este año a lo que parece casi ritual en mis últimas cartas, mi primer deseo es seguir teniendo muy cerca de mí esa estrella a la que veo brillar en el cielo de día y de noche. Darle la fuerza necesaria a su recuerdo para seguir viviendo en mi memoria eternamente, no dejéis que se me escape nunca entre los dedos convirtiéndose en un recuerdo añejo. Llenad mis días con el recuerdo de su mirada cálida surcada de un mar de suaves pecas y con la luz de su sonrisa gamberra. Y a su familia, a su padre y a sus dos hermanos, regaladles la fuerza para recordarle siempre con más cariño que tristeza. Sé que no es fácil recordar a un ángel sin que las lágrimas se escapen pero, que por lo menos, al llanto acompañe siempre una sonrisa.

Mi segundo deseo va en relación al redoble de una batería que repica al compás de un corazón que late en ese momento en el que noche y día se funden en infinidad de colores entretejidos en el cielo. Que su solo de batería resuene siempre entonces con más fuerza si cabe, siempre con más fuerza, la fuerza que siempre él tuvo y que me hizo admirarle. No dejéis que su recuerdo quede en el olvido nunca, no le dejéis que se pierda de ese modo, haced que su ritmo sea uno con el latir del mundo, acompañándonos en la distancia, pintando una realidad que es siempre gris desde que él no está.

En tercer lugar desearía pediros bocanadas de aire y vida para el poblado donde mi tortuguita reina siempre en silencio. Ese lugar que quién sabe si el destino volverá a poner en mi camino o si es ya historia entretejida con mi propio pasado. Para aquellos que luchan armas de guerrero invencible, y para los que fueron vencidos... para esos pido la eternidad. En especial para el corazón más grande, hecho pulseras de colores, que conocí jamás. Esa pequeña merece la inmensidad.

Para mi familia quería pediros un pelín de prosperidad y nuevos horizontes envueltos en papel de regalo con su lazo a juego. Este último año, aunque a trompicones, la situación ha dado un giro y por primera vez hay algo de luz más allá del túnel. Ahora que empezamos a salir de la oscuridad concededles la paciencia necesaria para saber adaptarse a una nueva realidad, el unguento necesario para poder sanar las heridas que dejó el pasado y la bondad para limar asperezas que la adversidad forma. Ahora que todo parece ir algo mejor que las cosas no cambien de rumbo y que sigan hacia esa calma que durante mucho tiempo y con constancia nos hemos ido ganando. Y si no es mucho pedir, regaladle a mi madre el valor para seguir adelante, sin olvidar pero sin sufrir, que desde agosto las cosas se le han vuelto cuesta arriba.

Para él, ese que pinta en colores cada instante desde que llegó a mi vida. Quién sabe refugiarme y acompañarme en largos minutos de espera en el metro. Para él os lo pido todo. Dejadle bajo el árbol, al lado de sus zapatos, un sobre con algo de niñez en polvo que le permita de vez en cuando volver a disfrutar de las pequeñas cosas como lo hace un niño. Un pequeño paquete con chispas de travesuras que le den un descanso en su férrea coraza de elegante responsabilidad, que le roben remordimientos si le domina la improvisación. Y calma, calma en un paquete bien grande y forrado en papel de regalo dorado y gris. Calma para seguir adelante día a día escribiendo su propia historia, si puede ser junto a mí mejor que mejor.

Para mi gente, esa que es bonita y buena, os pido como cada año una caja de lápices de colores que les permitan pintar cada momento de colores brillantes, distintos y nuevos. Alejadles los momentos grises de tristeza y llanto o igual no los alejéis porque de tropezar se aprende, pero que sean momentos breves, que se reencuentren siempre con esa caja de colores que les ayude a cambiar a mejor siempre las cosas.
Y para mi alumno, mi joven y prometedor alumno, un 2014 de éxitos y futuro. Vamos, que le dejéis envuelto a los pies de la cama una selectividad merecida en junio si no es mucho pedir.

Y en cuanto a mí, supongo que este año me toca pediros algo que dadas las circunstancias es el regalo más difícil que os he pedido en años. Para este año 2014 necesito una oportunidad para poder desempeñar mi pasión sin medias tintas. Disfruto mucho de todo lo que hago en los aledaños del sistema educativo, lo extraescolar siempre me ha dado vida y aires nuevos, pero para este nuevo año quiero entrar de lleno en el meollo del asunto. Quiero poder, por fin, hacerle frente a todo aquello para lo que me he ido formando en los últimos cinco años, enfrentarme a un aula, poder ser profesora con todas las letras de la palabra. Si para ello necesito darle un empujón más a mi inglés o a lo que sea descuidad que pondré yo de mi parte, pero concededme la oportunidad de demostrar lo mucho que valgo para la profesión que he elegido.
La inspiración, este año, os prometo que la pongo yo que tengo un cuaderno lleno de ideas y muchas ganas de darle un final de cuento de hadas a cada uno de mis proyectos.

Para ir terminando este año no seré gamberra, supongo que en algún aspecto he madurado y ya no tengo nombres que encabecen mi lista de deseos que deban esperarme en el sofá a que me levante. Bueno igual Thor... nah! que viene con demasiados accesorios de regalo que no me gustan.
No, para este año quiero pediros la pronta recuperación de un gran deportista, ya sabéis vosotros de qué heptacampeón y ex-piloto de Ferrari hablo. Y, si no es mucho pedir, una Semana Santa soleada por los nortes castellanos, que tengo un hábito por estrenar.

Poco más me queda por deciros. Este año sí que estoy en un perfecto estado de salud y me tendréis esta misma tarde la primera de la fila de los que no miden palmo y medio para veros pasar en vuestras carrozas repartiendo ilusión por todo Madrid con vuestra chispa sabia y mágica.
Y cuando lleguéis esta noche a casa cargados de regalos para cientos de miles de niños buenos tendréis esperando una copita de cava para cada uno y algo dulce para reponer fuerzas así como agua y alguna golosina para los camellos. Por cierto, cuidado con Lula, que no me la asusten los camellos que la pobre ya sabéis que se asusta fácilmente.

Os deseo una buena noche, a poder ser sin lluvia ni demasiado frío, que vaya una semanita llevamos... abrigaos bien y repartid ilusión cruzando el cielo nocturno de Madrid. Que mañana la ciudad se convierta en una constante de caritas boquiabiertas que no saben reaccionar ante la prueba de que la magia aun existe, aunque sea tan sólo esta noche.

Os quiere.

Andrea



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