viernes, 20 de diciembre de 2013

30M *


Las Navidades suenan ya a tintineo de campanitas colgando de las ramas de plástico de cada abeto de Navidad engalanado en cada casa. El aroma a copiosas cenas escapa entre diminutos resquicios de ventanas cerradas para proteger del frío aire de invierno, ya huele a roscón en los escaparates de las pastelerías y a turrón en los salones de cada casa. Se ilumina el ambiente con cientos de bombillas de colores llenando las calles de luz, ilusión, color y vida. Y ya se pueden palpar, en los armarios o bajo las camas, paquetes envueltos que se cuentan por decenas, esperando a ocupar su lugar bajo el árbol el día de Navidad.
Cada casa es un irremediable sin fin de preparativos para las fechas que se acercan, y yo no puedo sino acordarme de ellos.
Hubo una vez en la que el único ángel que yo he conocido me deseó Feliz Navidad en abril, por que los ángeles hacen esas cosas, si con ello consiguen hacerte sonreír. Hoy se la deseo yo a él aun a sabiendas de que cada Navidad es un poco más triste debido a las ausencias que hay en su mesa.
Que tu menú esta Navidad esté repleto de platos de pasta a la carbonara, con mucho bacon y nata. Sientele siempre cerca porque lo está, jamás te abandonaría.




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