jueves, 20 de febrero de 2014

32M *


Los recuerdos que uno guarda, las vivencias que uno acumula, las decisiones que son tomadas en momentos de sencilla claridad, los instantes de gozo por un acierto y el arrepentimiento por el error; en definitiva, los pasos que vamos dando a medida que tras nuestros pies el camino se va alargando, es lo que define la clase de persona en la que nos vamos a convertir.
Mi mundo se acerca al tan temido cuarto de siglo, de pronto cada proyecto de futuro que antaño parecía un plan tan lejano como el tiempo y por tanto tan irreal como él, se vuelve más próximo y palpable. El camino se vuelve abrupto, una subida donde uno mismo ha de ganarse su lugar, y en ese sendero a mi espalda me acompaña aquello que hasta la fecha he vivido y que me ha hecho ser quien soy.
Tú eres, sin duda, la parte más viva y brillante de todo cuanto recuerde. Eres aquel recuerdo que desempolvo y refresco a la menor oportunidad queriendo compartir mi suerte con el mundo. Mi cubo de colores sobre la estantería al dormir, mi objeto más valioso y mi recuerdo más preciado.
Soy quién soy gracias a la suerte que tuve al conocerte, seguirás siempre conmigo en mis recuerdos.




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