Es bonito siempre poder comprobar que ante la más cruda adversidad al final aquello que se sembró antaño al final siempre permanece y florece en el momento preciso con aroma a viejos conocidos y amistades no olvidadas.
La calma que tu voz producía entonces aun hoy permanece aun incluso a través de una pantalla cuando de nuevo con la habilidad de antaño los acordes de esa canción dibujan una sonrisa. Tantas son ya que apenas soy capaz de contarlas, siempre en el momento justo y con la dosis de cariño y acidez en equilibrada cantidad.
Quién sabe lo que deparará el futuro más allá del sendero que hoy por hoy vemos, me consuela saber que si al final las cosas se tuercen siempre tendremos esa chispa de esperanza en forma de adosado con gato, perro y noches de teatro y sushi.
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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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