Cuando el camino ante tus pies se vuelva un cruce de decisión imposible pues el color de las baldosas de cada una de las opciones combina bien con tu ropa y no sepas qué opción elegir coge una moneda.
Cada una de las dos caras de esa misma moneda representa cada una de las opciones que se muestran ante ti; cara una opción, cruz otra. Dos realidades posibles, dos caminos que se separan uno del otro.
Lanza la moneda al aire, observa sus giros a cámara lenta, cada giro una nueva ironía, tu futuro en manos de algo tan sencillo. Atrápala al vuelo y dale un cálido refugio entre las palmas de tus manos, cubre el resultado sin mirar cual de los dos lados se enfrenta a ti en mudo desafío. Y después cierra los ojos y pregúntate a ti mismo qué opción desearías tener ante ti.
Guarda entonces la moneda, ¿qué importa si se enfrenta a ti la cara o la cruz? Es la incertidumbre, el límite entre ganar y perder lo que nos hace descubrir las locuras por las que lucharíamos aun a riesgo de un todo.
No se explica, no se entiende, no se justifica... las grandes locuras empiezan con pequeños detalles y no entienden de razones, son sólo porque sí.
Chuck & Blair-A thousand years
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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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