El perfecto equilibrio es imposible, es la lucha diaria por lograr alcanzarlo el que da vida a cada meta propuesta. Es difícil descubrir cuando es el momento de perseguir tus sueños por carreteras anónimas ante rostros desconocidos, y cuando el tiempo espera de ti que regreses al lugar que perteneces pues es allí donde te espera el verdadero triunfo. Como también es difícil saber discernir entre el instante que te permite cerrar las ventanas y abarcar todo aquello que deseas para no dejarlo marchar y la realidad que, aunque arañe, te hace saber que debes dejar libre cada deseo con la confianza ciega de que, cuando este realmente preparado, volverá a tu lado y será por decisión propia.
Pero, quizá, lo más difícil de todo sea acumular el valor suficiente para arriesgarse por lograr el reto que anida en tu corazón y espera, palpitante, esa lucha en la que salir proclamado vencedor. A fin de cuentas, es sencillo encontrar infinitas razones que justifiquen el no cambiar la realidad que se asienta cómodamente a nuestro alrededor, realidad prefabricada a la que tan sólo resta unirse, sin necesidad alguna de luchar.
Encontrar el equilibrio entre cada posibilidad es imposible pues no existe el equilibrio perfecto. Ceder y luchar en el camino para lograrlo es el verdadero triunfo.
Y ahora, supongo, es el momento de arrancar el motor y seguir carreteras a destinos inciertos, abarcar cada deseo en el diminuto espacio entre las manos y el corazón, y asumir cualquier riesgo para convertirse en quién de verdad anhelas ser.
A fin de cuentas, sólo tenemos una vida, y yo quiero poder recordar la mía sin necesidad de escribirla. O quizá vivir una que merezca ser escrita. Quién sabe.
Haley & Nathan-Always
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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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