domingo, 31 de agosto de 2014

De nuevo a mi lado, aunque tu sonrisa tarde un poco más


Las experiencias que vivimos no son siempre como nos las esperamos, o a veces el problema reside en que cumplen exactamente con lo que esperábamos de ellas y las expectativas no eran buenas en absoluto. Poco a poco nos vamos dando cuenta de que las etapas pasan y se cierran, que lo que hacía unos años era el plan soñado de pronto se antoja terriblemente vacío e insulso pues las vidas cambian, las responsabilidades son otras y; por tanto, la manera de disfrutar es diferente.
Una semana de playa, sexo y alcohol podía antojarse idílico cuando la edad media grupal no superaba los veinte, ahora que el tiempo nos acerca al cuatro de siglo la cosa parece ser bastante distinta pues los planes que nos atraen parecen ser otros.
Al fin está de vuelta, después de su experiencia de seis días de testosterona y litros de alcohol, y aunque la alegría parezca habérsela dejado a orillas del mediterráneo siempre es bonito tenerle de vuelta.












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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


sábado, 30 de agosto de 2014

Some people are worth melting for


Mesa servida y aunque los platos no sean de la mejor calidad posible sí están llenos de bromas internas personales. Postre preparado aunque la presentación haya ido a peor a medida que avanzaban los segundos en una cuenta atrás de tediosa espera. Atuendo preparado aunque el agua de la ducha se haya llevado consigo las ganas de disfrutar de la noche y el pelo caracolee alrededor del rostro en indomables rizos que da pereza peinar. Y película en marcha, aunque no sea acorde a la edad de la que decimos presumir, aunque sea de animación, el argumento peque de sencillo y los chistes que oculte sean para niños. Al final no es la perfección lo que se busca y la cena improvisada merece la risa compartida y el brindis de vino blanco cuya botella perecerá olvidada en la nevera. El postre, aunque deshecho, se ganará las fotografías que lo inmortalicen entre cariño y sonrisas cómplices. La noche de fiesta será parte del olvido sustituida por una cómoda charla en el sofá con llamadas inesperadas como aderezo. Y la película te recuerda que hay gente, especialmente la que está en esa habitación, que más allá de todo lo que pueda pasar, por la que merece la pena derretirse.












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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


miércoles, 27 de agosto de 2014

Piezas que no encuentran su lugar


Te preparan para un futuro, te entregan las herramientas necesarias para hacer frente a una profesión y la capacidad, aunque sea mínima, de improvisación para saber salir airosa de cuestiones de trámite burocrático que trae consigo la vida adulta. Te enseñan casi de carrerilla la cantinela del mañana; primero encontrar trabajo que infle de experiencia un currículum en el que solo figuran los tan menospreciados logros académicos. Una vez superado el primer trabajo seguir ascendiendo en busca de mejor remuneración, más responsabilidad, mayor cargo y un amplio rango de influencias. Esto te dará estabilidad para empezar a pensar en lo que será el día de mañana. ¿Cómo te administrarás? El plan de pensiones es algo a la orden del día entre los más jóvenes que no saben con seguridad si su vejez estará cubierta, la hipoteca es un sueño al alcance de pocos, ya ni hablar de la casa, pero independizarse de alquiler es la opción viable que da paso al siguiente escalón. Y después viene casi a la carrera la vida en pareja, decidir si te casas o no te casas, ¿y tendrás niños? ¿podrás mantenerlos? ¿O mejor una mascota? ¿Perro o gato?
Todo parece venir prefabricado y todos salimos entrenados para ese mañana minuciosamente preparado.
Pero lo que nadie parece prestar atención, lo que nadie prepara, es esa situación en la que falla el primer paso. ¿Qué ocurre cuando por circunstancias de la vida la oportunidad no llega? ¿Qué ocurre cuando el primer trabajo que de experiencia no llega y tira por tierra todo el plan aunque sea de forma momentánea? Para esa situación nadie nos da las herramientas para salir del hoyo, si acaso nos prestan una pala para seguir cavando hacia abajo como si por llegar al final se encontrase la salida y no un pozo más hondo.
Y en esas estoy yo, cavando cada día un poco más hacia el fondo sin saber cuando podré mirar hacia arriba por fin.












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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


martes, 26 de agosto de 2014

El éxito llega a quién aprende a disfrutar de lo más pequeño


Retorna de nuevo el tiempo a un nuevo comienzo en blanco. La tregua que concede benévolo el verano llega a su fin y trae consigo la incertidumbre junto a unos rayos de sol que calientan cada vez menos. Y de nuevo se retorna a la vorágine de no saber que será de una cuando agosto rubrique el final y septiembre lance su tediosa canción de tan frustrante espera. 
No obstante, aunque resulte un tanto irónico, a veces es preferible hacer las cosas poco a poco y saber disfrutar de lo bonito de ir paso a paso. Por supuesto, cualquiera y sobre todo yo, firmaría ya mismo un futuro asegurado al menos a simple vista. Pero ante la ausencia de problemas resueltos hay que ir creciendo a pasitos, en especial a pasitos pequeños y bien llevados.
Es entonces cuando en compañía de una rica merienda con tintes de frambuesa se le encuentra el gusto al sabor de retomar la enseñanza a particular aunque sea tan sólo para preparar unos exámenes finales. Quién sabe, quizá este sea el comienzo de un año completamente distinto, aquel que me lleve de una vez a alcanzar aquello para lo que llevo años preparándome.
Empezar, en definitiva, por disfrutar lo pequeño para que llegue lo grande












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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


lunes, 25 de agosto de 2014

Pero los niños crecen y los sueños, a veces, se hacen realidad


Me gustaría hacer homenaje hoy a esos niños que son rebeldes y desobedientes. Aquellos que desoyen la orden del adulto que, por su propio bien, les invita a no soñar y a posar los pies en el suelo. Los que cuanto más son reprochados más impulso cogen sus pequeños pies con destino a las estrellas entre ensoñaciones varias y creatividad creciente. Que bonitos son esos niños que sin miedo sonríen y sueñan pues a veces, si el mundo adulto no hace mucha mella en ellos, serán capaces de alcanzar y atrapar con la mano abierta todos esos sueños que un día tuvieron.
Porque crecer resulta en realidad algo inevitable, todos ellos se desprenderán pronto de ese halo de niñez al dejar atrás la etapa de primaria donde hasta los deberes se antojan compasivos. todos ellos caerán pronto en el tedio de empezar a ser mayores entre desilusiones, exigencias y caídas y de pronto, si no han soñado de niños, no tendrán tiempo ahora apenas para hacerlo. Por eso el niño que de niño sueña resulta un soplo de alegría pues esos niños sabrán dar con el camino, sin perderse, para alcanzar sus sueños.
Yo fui niña de las que rara vez se dejaba caer por el mundo real. La bici más ajada era un caballo con alas, los pañuelos viejos un vestido de gala, y la nada podía convertirse en un todo si la imaginación sabía conjurar al príncipe. Y hoy, que de niña solo me queda la sonrisa que se dibuja al recordar a un pequeño duende que vuela sin alas, me doy cuenta que los sueños se cumplen y que el príncipe supo aparecer en el cuento real.












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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


viernes, 22 de agosto de 2014

Perder pequeños refugios


Hay un lugar, de esos que se pierden entre las callejuelas de Madrid, donde nunca sale el sol y la noche se vuelve eterna. Un lugar donde el guiño a la infancia resulta de algún cierto modo casi irónico cuando corren de un lado al otro de la barra cantidades indecentes de alcohol enfrascado. Un lugar donde el colorido está a la orden del día, la ventilación es poco frecuente y la gente se amontona ávidos de deseo por hacer de aquella una noche inolvidable más.
Ese rincón trae consigo infinidad de recuerdos y anécdotas pintadas en el papel de las paredes. Yo las ignoro y, por otra parte, tampoco es que me resulte necesario conocerlas en lo más mínimo. Ese rincón se vuelve refugio y gozo para quién de verdad sabe encontrarle ese punto alegre, santuario de muchos que yo no comparto.
Un lugar, en definitiva, de esos que no te gusta compartir con demasiada gente porque no es agradable ver cómo te lo arrebatan.
El ser humano es caprichoso y las relaciones humanas curiosas cuando son estudiadas en perspectiva. No obstante no es momento para centrarse en ello, que suba la música y corran los chupitos a la salud de quién se arriesga a arrebatar lo que no es suyo.












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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


miércoles, 20 de agosto de 2014

38M *


Y perdóname ángel si confieso que ya no sé qué más contarte que no te haya contado ya. Pues aunque no despierta un solo día sin que te recuerde siempre sonriente, ni caen los últimos rayos del sol en el ocaso sin que te sienta próximo y cercano; el tiempo pasa a una velocidad que escapa a cualquier control y se lleva con él los recuerdos nítidos dejando una mera bruma de ensoñación en torno a lo que recordábamos con claridad precisa.
Y con el tiempo se pierden también las palabras hasta llegar el día en el que no te queda más por decir pues está todo dicho, no hay palabras nuevas que sepan abarcar mejor o de otra manera tanta grandeza, ni largas frases de perfecta oratoria que sepan significar mejor todo el cariño que te tuve, te tengo y te tendré.
Y por una vez te digo que las palabras no me hacen justicia ni me dan el consuelo que les pido pues pasa tan rápido el tiempo que ni en el tecleo más veloz soy ya capaz de atrapar algo más de ti.
Me quedo pues en la simpleza de un te extraño que de pronto se antoja más elocuente que el más retórico discurso.




domingo, 17 de agosto de 2014

Celos y cosas mal hechas


La historia del hombre es un camino siempre embarrado por los celos y las decisiones que se toman siguiendo impulsos sin pensar cuando la emoción se interpone a cualquier ápice de cordura y la búsqueda por lo perdido se torna absurdo.
Perderse nunca es sencillo, hacerle frente a una realidad que de pronto da un giro de 180 grados y se invierte dejándote sola y desorientada asusta y bloquea. Pero aun en su ausencia de sencillez hay que rebuscar entre los escombros para dar con algo de autocontrol, o quizá de autoevaluación. Vamos, que no tiene mucho sentido dibujarle a una oruga alas plateadas a la espalda si no es mariposa y no podrá jamás volar. Al menos no sin una tregua entre capullos.
De nada sirve engalanar las palabras para que el golpe suene bonito si lo que se interpreta al final es que lo que hoy no es podrá ser mañana si se mantiene el esfuerzo. Porque duele, vaya si duele, cuando se rasgan las esperanzas como papel viejo y el "hoy no pero quizá mañana" se torna un auténtico "tú no, quizá con él". No era una cuestión de complemento circunstancial sino de sujeto, y cuando falla el sujeto la frase carece de congruencia, coherencia, cohesión o significado.
Y es entonces cuando todo revienta y la onda expansiva salpica hasta al más previsor, cuando se entrecruzan titulares y exclusivas y cuando hay que hacer acopio de humildad o, en su caso, de supuestos malentendidos y frases sacadas de contexto. Es difícil, sin duda, pero que ha sido buscado es evidente y, por tanto, inevitable hacerlo frente y cargar ahora con la culpa del error y el daño causado.
Es tarde ya para pedir perdón.












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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


sábado, 16 de agosto de 2014

Liderazgo y dominancia


Existe en la historia de la animación un personaje especial donde los haya. Quizá no sea un ejemplo de perfecta animación gráfica ni tenga un profundo desarrollo como personaje. De hecho puede incluso resultar simple y rallar lo insulso en su única función de sonsacar la sonrisa en rostros femeninos. Jamás entraré a entablar una discusión al respecto pues ni soy experta ni está dentro de mis intereses.
No obstante guarda en su sombra de individualidad un halo que le llena de la más dulce casualidad. No se trata de aquellos personajes que te llaman la atención sino que te tienes que atrever a conocerlo para quererlo. Y una vez conocido no hay vuelta atrás, sus ojillos cautivan incluso al de espíritu más férreo.
Ese líder aun con demasiado por aprender trae consigo recuerdos hermosos: un aula de ventanas cerradas y persianas bajadas, una sábana colgada y una mañana de viernes. Las mesas vueltas hacia la pared y las sillas en semicírculo hacia la sábana que aun hondea recién colgada. Una película que sorprende, un personaje que enamora, el cariño hacia aquel que es y será floreciendo en lo más profundo, bombas hospitalarias que pitan, alarmas que avisan, y manitas que buscan el cariño del adulto.
Un personaje con el que resultó sencillo encariñarse, unos recuerdos que aun hoy enamoran.












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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


jueves, 14 de agosto de 2014

Madrid se pone guapa, Madrid se viste de fiesta


Qué bonita te pones, Madrid, cuando engalanas tus calles más castizas con mantones de manila y a la calle se echan tus niñas con su vestido ceñido y la falda almidoná. Da gusto verte cuando entre tus callejuelas se respira ambiente de fiesta grande, esa que pone a los santos patrones de excusa para vivir, compartir y divertirse. Y qué precioso es sentirte cuando la música hace vibrar tus calles llenas de luces y colores, tráfico cortado y marabuntas de curiosos y vecinos.
Es una lástima, sin duda, haber pasado mi infancia y mi adolescencia en esa burbuja aislante y lejana que limitaba las fiestas populares a un chocolate en vaso de plástico entre los pasillos de una educación infantil algo añeja. Y, a su vez, es bonito ir descubriendo poco a poco aun a mi edad los secretos que aun tiene Madrid por ser descubierto.
Agosto llega a su ecuador, es hora de poder disfrutar de las fiestas de la paloma.

















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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura


domingo, 10 de agosto de 2014

De vuelta a todo lo que quiero con la maleta bien cargada


Rechinan las ruedas gastadas de una vieja maleta contra el asfalto, repiquetean sobre cada escalón en la subida al hogar de nuevo y de forma definitiva tras una larga temporada de incesantes idas y venidas, se escapa un suspiro disimulado en una sonrisa al alzar la vista ante lo conocido y después se cruza el umbral del hogar el calma.
El aroma que te recibe al entrar en la habitación es conocido y algo en el interior parece completo de nuevo al sentirse en casa, como si una pequeña parte de una se quedase siempre en esencia en ese pequeño santuario cada vez que un nuevo viaje se emprende.
Y aunque se vuelva con grandes nuevos recuerdos y la cámara de fotos a rebosar de instantes grabados; aunque entre camisas y bikinis doblados hayan viajado contigo cientos de historias por contar, anécdotas con las que reír y experiencias que guardar; siempre es agradable volver al lugar al que se pertenece y sentir de nuevo cerca las raíces de lo que cada uno es.
Al final, tan emocionante y bonito como es escaparse hacia nuevos destinos resulta también regresar a casa con los tuyos.












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viernes, 8 de agosto de 2014

Desesperada exasperante


Y en esto que un día todos los recuerdos de infancia y adolescencia parecen arrasar contigo como una bola de demolición tirando por tierra castillos construidos sobre una base de olvido intencionado. Es cierto aquello de que tendemos a olvidar lo negativo en vistas a vaciar espacio útil en la memoria pero al final, con la precisa estimulación, los recuerdos vuelven de golpe como un torrente imparable que golpea incesante desde atrás. De pronto ciertas cosas que habías dejado como nieblas aceptadas sobre las que no volver a reparar se esclarecen y recuerdas nítidamente el por qué de que aquella relación estuviese basada en cafés esporádicos que marcar como capricho del tiempo en la agenda. Y es que lo mucho cansa y en cierta gente la opulencia abunda.
Pasan los días y resuena en la parte de atrás como una cancioncilla esa retahíla de "qués" repetidos a destajo y sin tregua pues aunque apriete poco es que todo lo quiere abarcar, nada lo suelta oye. Y se me crispan los puños y la respiración profunda se me antoja costosa ante la emoción desproporcionada que desprende por los poros ante cualquier nimiedad y las conductas de chiquilla de jardín de infancia cuyo mundo queda virgen y pleno de detalles por descubrir.
Es como una resaca traicionera de quién se pasa de vuelta con el ron, ese taladro constante que somatiza en un tic en el ojo cuando todos los músculos faciales se tensan al unísono en un intento de mueca muy mal disimulada.
Una opinión para todo siempre de acuerdo con la voz cantante aunque se contradiga a sí misma, una risa estridente que rechina afilada contra la pared en su insaciable búsqueda de atención.

¿Tienesungatito?¡Quémono!¿Ynotienenombre?¡Tienesqueponerlenombre!...

Por favor, que baje ya el telón.












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jueves, 7 de agosto de 2014

Hasta los planes más disparatados tienen su pizca de belleza


Las aguas del río siguen su cauce tranquilas, sin reparar en la afluencia de gente que no encuentra nada más interesante en lo que invertir su tiempo aquella mañana...
Tendrás unas vistas maravillosas, dijeron. Es una experiencia que merece la pena vivir, dijeron. Es muy divertido te sientes como si fueras Pocahontas río abajo, dijeron...
Lo que a todo el mundo se le olvidó mencionar de pasada era la longitud de la experiencia, los 18 kilómetros que esperaban para ser recorridos desde que la canoa fuese acariciada por las aguas del Sella por primera vez, las seis horas a remo que arrasarían con la capacidad de sacrificio, de entrega o de amor a la naturaleza.
Lo que nadie mencionó es que el artefacto del diablo no es motorizado y avanza tan sólo a base de tesón y desesperación. Lo que nadie mencionó era que encallaba, volcaba, se escapaba, no avanzaba y viraba de forma desesperante.
Y, definitivamente, el vital detalle que todo el mundo pasó por alto fue el de las agujetas en brazos, manos, piernas, cuello, espalda, dedos y hasta espíritu del día siguiente...

Que experiencia más maravillosa, la doy por vivida y para la próxima la fotografío desde el puente.












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lunes, 4 de agosto de 2014

Curioso engranaje que parece funcionar

El sol se pone tras la hilera de coloridas casas que conforman la muralla que da rostro al pueblo que baña ese mar. Las olas relucen con chispas que de su superficie arrancan los últimos rayos de sol mientras el cielo estalla en una paleta de naranjas rosáceos y azules que ni el chasqueo del cierre del objetivo al tratar de atraparlo puede hacerle realmente justicia.
Termina el día en este curioso lugar en el que me encuentro, tan distinto de aquello a lo que llevo acostumbrada; carente de vegetación desértica o edificada. Y mientras las olas del mar acarician las plantas de mis pies que se hunden sin preocuparse en la arena blanda y rugosa me dejo envolver por el ambiente de calma que levita en el ambiente.
Quizá sea por eso, por la calma contagiosa que me conquista incluso a mí, urbanita de pro, que todo en este lugar parece incluso sencillo y hasta para planificar las comidas estamos dispuestas a ponernos de acuerdo.
Como una máquina que sabe bien como funcionar, donde los engranajes tan distintos entre sí son los necesarios para activar la pieza siguiente al dejarse mover por la anterior en una curvatura infinita que cierra el círculo. Y, aunque si bien es cierto que hay instantes que me chirrían en el oído como el arañar de unas uñas viejas y descuidadas sobre la superficie de pizarra lisa, esta melodía parece ligeramente afinada; me abstengo a juzgar si suena bonita o acompasada, dejémoslo en que con que no desentone me contento.














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domingo, 3 de agosto de 2014

Tercer destino, cuatro chicas y muchas ganas de disfrutar


Se cruza el Negrón y el reproductor del coche se contagia del verdor del ambiente rompiendo el silencio con aquella conocida y vieja canción que le canta a las virtudes de aquel viejo territorio jamás conquistado. El pequeño coche parece bailar entre la carretera mientras sus cuatro ocupantes entonan la letra de la canción, cada una perdida en sus propios pensamientos más allá de los verdes prados encapotados que envuelven el pequeño vehículo.
Resulta curiosa la peculiar mezcla que el tiempo ha acabado juntando tras esas cuatro ventanas, una mezcla en la que el único punto de unión es el deseo de disfrutar y descansar.
Al volante repiquetea con uñas rojas quién no tiene más pensamientos que los propios donde, sin rival que le haga sombra, reina el afán tan férreo como absurdo de ser aceptada de nuevo en algún rincón que sentir como propio.
De copiloto y tras unas grandes gafas pierde la mirada aquella que tiene su propio pasado ajeno a ese punto de unión que comparten sus compañeras de viaje, pero lejos de sentirse al margen se asienta en la estabilidad que produce un improvisado grupo que acepta e invita.
Con las piernas sobre el asiento y los pies descalzos la tercera pierde la mirada en aquellos parajes que siente como hogar propio preguntándose realmente cuales son las posibilidades de futuro de aquella peculiar situación cuando el móvil no demanda su atención.
Y por último ella acomodada a la derecha las observa mientras disfruta del hilo musical y de las posibilidades fotográficas del paisaje. Ella es quién más unión siente con cada una de las otras tres integrantes del pequeño grupo y aunque sabe que si hacen un esfuerzo todo saldrá bien no puede sino preguntarse cómo.












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