Relegada a un tímido segundo plano Alicia se limitó a observar a aquella extraña pareja que parecía envuelta por un halo de pasado que ella desconocía. Combinaban bien, como dos melodías que, aunque distintas, sonaban armónicas juntas, como si se protegiesen la una a la otra.
Él parecía la viva imagen del éxito enfundado en un traje de chaqueta gris y corbata azul marino, aunque la americana la hubiese dejado sobre una de las dos barras que enmarcaban la entrada al patio de butacas y llevase las mangas de la camisa remangadas hasta los codos. Su piel morena destacaba contra el blanco de la tela en un contraste sumamente atractivo. Todo en él, a decir verdad, parecía oscuro. Su pelo del color del ébano bien peinado, liso y algo más largo que de costumbre, su tez morena, sus ojos como topacios con el mismo brillo lleno de misterio. Sólo su sonrisa daba luz a aquella imagen que parecía llena de secretos.
Ella en cambio irradiaba el brillo de quién está viviendo un sueño, resultaba difícil escapar del hechizo que la rodeaba, con su sonrisa eterna y su imagen desenfadada.
Y un día de pronto, a instante perdido y tiempo pasado, descubres que ese día en el que hay un pensamiento, aunque sea uno solo, que va hacia esa otra persona se ha esfumado del calendario sin tú siquiera acordarte en el momento. No sé si será cosa de que el tiempo pasa y ya el corazón no se acelera si el destino nos cruza en un vagón. Si será que todos crecemos y lo que antaño fue importante se torna minucias. O si sencillamente es que no tengo la cabeza muy puesta en la realidad ahora mismo.
Sea como fuere la cuestión es que a mi calendario se le ha perdido una fecha, espero que mi deuda quedase saldada en un entonces lejano en el que una pizarra decorada llenó de bochorno a ese espíritu joven.
#25
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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura
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