lunes, 24 de noviembre de 2014

Cuentan los viejos sauces


Cuentan los viejos sauces cuando el viento agita sus sabias ramas, que existió otrora un búho de plumaje azulado que sobrevolaba el cielo cortando con sus alas el viento.
Se trataba de un buho peculiar, nunca antes visto, cuyos ojos brillaban en un verde curioso y limpio siempre atentos a todo cuanto acontecía a su alrededor.
Una especie única que habitaba entre las secuoyas más ancianas, oculto entre los recovecos de sus troncos como un polluelo que aún en ocasiones tiene miedo de escapar del cascarón, pero sin perder nunca detalle de aquello que ocurre a su alrededor.
Un animal de plumaje limpio, que le arrebataba al sol retazos de su propio brillo en el agitar de sus dos poderosas alas cuando alzaba el vuelo con anhelos de conquistar el cielo entre nubes que siempre amenazan lluvia.
Y tan alto volaba, sin llegar a caer nunca, que hasta el tiempo quedó, sin remedio, prendado de su vuelo.












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Préstame tus fuerzas, dame tu ternura



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